En
España siempre hemos presumido de tener talento, de que nos sobran ganas y de
que somos perfectos para todo el trabajo creativo. A veces nos creemos el
ombligo del mundo, quizás pecando de confiados y otras muchas cometemos el
error de tirar por tierra todo trabajo que emane en nuestro país para ensalzar
y sobrevalorar opciones extranjeras.

A la moda española le queda mucho camino por recorrer y no lo digo yo, lo dicen las ventas, las apariciones en revistas, el número de diseñadores españoles conocidos internacionalmente y lo más importante, el número de diseñadores tomados en serio. ¿Qué estamos haciendo mal? ¿A quién debemos mirar? ¿Cuál es la solución a esta cultura del quiero y no puedo?